A los ocho años mi tío me enseñó a andar en bicicleta, bueno, hizo el intento, como me caí y se rió de mí le tiré la bici a la mierda y le dije "nunca más la voy a tocar" Odio el escarnio público, al menos cuando yo soy su víctima
A los veintiseis emprendí el camino de aprendizaje en la playa, es uno de los recuerdos más lindos que tengo, no por la bici o los primeros cien metros que hice sola (después de muchos intentos) sino por que me sostenías me cuidabas y me alentabas (no sin insultos de por medio) a intentar aquello que yo creí nunca iba a poder hacer.
Viaje de soma, quería escribir un post gracioso
otra vez no me salió
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