Finalmente me dejó.
Dijo que me dejaba antes de empezar a engañarme como hacen todos los demás (no voy a decir quiénes son los demás obviamente, aunque sería lo más divertido de este post) porque él me quería y estaba agradecido de mi amor y mi apoyo de todos estos años y bla bla bla pero que el amor se había ido y que las cosas que lo habían enamorado antes, ahora lo des-enamoraban.
Y me dejó (lamento informarte que el mundo es pequeño y ya me enteré) para corretear detrás de una de esas mujeres que hacen deporte "en serio", no de las que nos esforzamos sólo para que no se nos caiga el culo, sino detrás de ese tipo de mujer que desprecio, que en la semana no hace ejercicio como parte de un proyecto de vida saludable sino que en-tre-na... para com-pe-tir, para que después de nadar, pedalear y correr le den una amalgama barata con forma circular y se mire al espejo y se emocione con sus bíceps.
Si, ya sé, y le creo -lamentablemente- es mejor que me haya dejado ahora antes de vivir una vida de hipocresías y falsos proyectos, pero por lo menos me hubiese dejado por alguien con más estilo, no por el amiguito con tetas del club.
Viaje de soma, empezando de cero, esperando que el tiempo haga su trabajo
